Andanzas por el páramo

lunes, diciembre 17, 2007

Helada..

17 de Diciembre de 2007

Se empieza a atisbar la primera luz del día pasadas ya las 8 de la mañana..., aun dentro del coche; el frío se muestra en la ventanilla lateral que a pesar de la calefacción reproduce una pequeña lámina de hielo, que voy limpiando cada poco tiempo.
Ni una nube en el cielo, las tonalidades grises comienzan a desaparecer y dan lugar a tonos rosados y azules, una extensa lámina blanca cubre los campos , apenas unas Cornejas Negras se dejan ver, mientras los Milanos Reales sobrevuelan la carretera en busca de las víctimas de la noche..., los Ratoneros toman posiciones en los postes telegráficos.., la jornada comienza..
Al salir de Valladolid el termómetro marcaba en la ciudad -7º C, hacia donde me dirijo, probablemente la temperatura ronde los -9 º C.
El silencio que emana del sonido de la escarcha se extiende más allá de la vista.., y con los dedos de las manos escásamente operativos, cojo los prismáticos en busca de los primeros vuelos del día.
Unas Garzas Reales decansan en la orilla de una charca helada, los primeros rayos del sol inciden sobre su plumaje asemejándolas a los rosados flamencos; pequeñas lavanderas se afanan en buscar algo sobre el hielo....
El blanco domina la imagen...


Grupos de azulones, ajenos a todo andan delicádamente sobre el hielo o se recuestan si pudor sobre él, a pesar de todo no abandonan la charca.. Grupos de Jilgueros se mueven entre las cunetas de los caminos aportando el color que falta, y entre las tejas de las pequeñas casas de adobes asoman grandes ojos amarillos de pequeños mochuelos que observan al "observador".
Gornejas Negras y Gorriones Molineros acaparan tambien los tejados y son los más inquietos, aun así la quietud es la tónica dominante.


El sol, poco a poco se va elevando y con ello el color va ganando terreno al blanco, pero no por ello el frío deja de sentirse en la piel ; los cielos huérfanos de vuelos multitudinarios, se muestran azules y límpios....
En las charcas más grandes que no están del todo heladas, algunas anátidas se dejan llevar aprovechando el calor de su plumaje y metiendo el pico entre su cuerpo para aprovechar mejor el calor.


De repente, la algarabía, un grupo de cientos de gansos que acaban de emprender el vuelo de unos campos cercanos irrumpen en la laguna y aterrizan la mayor parte de ellos en la orilla y los más osados diréctamente en el hielo, dando lugar a escenas de aterrizaje de lo más divertidas.. Ellos están en su elemento, vienen de lugares donde estas temperaturas son habituales ; los que se han posado en la orilla comienzan a caminar pausádamente por el hielo, recordando a las escenas de pinguinos caminando sobre el hielo antártico, se dirigen al centro de la laguna donde una zona no se ha helado y el agua está líquida y se ponen a beber y a poner sus picos hacia arriba.
Y una vez saciada su sed, retoman el lento caminar hacia la orilla...


La mañana va avanzando , el sol en la cara del observador es el bálsamo más eficaz, y ya puede articular sus dedos para intentar tomar alguna imagen, aunque las lágrimas que el frío hizo brotar de sus ojos aun siguen congeladas antes de llegar a las mejillas...
Varios grupos de Gansos, Milanos Reales, Cernícalos Vulgares, Aguiluchos Laguneros y Avutardas acompañan el resto de la mañana.
En los pequeños palomares siguen apareciendo los curiosos Mochuelos, y los grupos de palomas utilizan la estrategia de pegarse unas con otras para combatir las bajas temperaturas..., al tiempo que ahuecan su plumaje...
Cada uno se defiende como puede....

El sol domina ahora la escena, pero no por ello desaparecen los vestigios de la helada..,las tierras crujen literalmente..,no de queja, sino de gozo, un año más el ciclo se repite y la vida se renueva en ellas, el manto blanco desaparece y ya asoman los primeros verdes de las tempranas siembras..., y una mañana más de un invierno más el observador retorna satisfecho a su cobijo..
Decía Pessoa : " hago paisajes de lo que siento..", y yo lo que siento es ésto..
Nos vemos..



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